¿Realmente tienen poder quienes se dedican a la creación artística para construir imaginarios en las sociedades?
Sí, sin duda alguna. El arte entendido como una forma de comunicarnos, moldea el pensamiento y al tener un largo alcance de difusión, construye imaginarios colectivos.
Hace pocos días nos enteramos que el grupo mexicano de rock Café Tacvba ha decidido sacar de su repertorio uno de sus grandes éxitos de antaño, la canción “la ingrata” por su apología al feminicidio. Lo justificaban en una entrevista al diario argentino La Nación como una cuestión de coherencia con sus principios, en la que revisaban su historia y decidían estar acordes con lo que son hoy y entienden como los valores que quieren transmitir.
Las y los artistas no pueden estar ajenas a la responsabilidad que tienen sus creaciones en aquellas personas que les escuchan, que ven sus obras, porque al final están enviando mensajes que se convierten en pensamiento y posteriormente en acciones, en formas de ver el mundo y el entorno que les rodea.
Pero lo que realmente me parece interesante en el caso de Café Tacvba es el ejercicio de honestidad al rectificar un mensaje que contradice sus principios. Es esa capacidad de algunos artistas, no ya de crear nuevos contenidos, sino de ser autocríticos y conscientes de la repercusión pública de su mensaje lo que realmente transforma la sociedad.
Es evidente que cualquier revolución precisa estar acompañada de manifestaciones culturales y artísticas que refuercen y cimienten sus objetivos y reivindicaciones. Pero cuando dicho acompañamiento lo llevan a cabo artistas con trayectorias consolidadas su impacto es mucho mayor.
En el camino hacia la igualdad entre mujeres y hombres vamos identificando aquellos comportamientos y actitudes que nos alejan de la misma. En el caso del mundo del arte a veces dichos comportamientos se convirtieron en obras más o menos exitosas que toca revisar. El compromiso con la mejora de la sociedad exige una revisión proactiva.
Artículo publicado originalmente el 25 de febrero de 2017, en el diario bez.es