Nos encontramos ante un panorama, a mi parecer cada vez más confuso, donde la palabra pierde significación y es utilizada de manera banal, sin tener en cuenta lo que significa, lo que lleva en cada una de sus letras y sin pensar en todo aquello que puede llegar a transformar, construir o destruir, jugándose así el peor de sus finales, la pérdida de su credibilidad y significación.