“Todos los niños y niñas tienen derecho a las mismas oportunidades y a recibir una educación de calidad” esa ha sido una de las frases, para mi, más relevantes del programa Salvados de hoy, donde Évole más que hacer un paralelo de los sistemas educativos entre Finlandia y España, mostró un modelo educativo público, de calidad, igualitario y con un objetivo muy claro, educar a las personas para que puedan dar lo mejor de si a esa sociedad que les educa y que cree en ellas y que por eso invierte en ellas.
Esta claro que no es una utopia, creo que nos ha quedado perfectamente claro que es posible y que solo hace falta una poca de sentido común y de querer hacer las cosas bien, de manera honesta y confiando en la capacidad de la ciudadanía para lograrlo.
La educación es el pilar de las sociedades, eso es una obviedad, pero parece ser que para las personas que están en los gobiernos, no esta tan claro. Principalmente por que quienes lleven ese gabinete, deben tener una formación especializada en el tema y desde luego, es más que importante que las personas que forman parte del sistema educativo tomen un papel protagonista en cualquier reforma o modificación que se quiera hacer de este.
Profesores y profesoras, madres y padres, alumnado en general conforman todo este engranaje, cada quien tiene su parte de trabajo para que este mecanismo funcione y que al final se revierta en la sociedad, la cual deberá estar preparada para recibir los resultados que arroje el proceso y así mismo a contribuir para el buen funcionamiento de este.
De mi época en la facultad recuerdo, entre otras cosas, dos que sigo defendiendo a capa y espada de ser necesario, 1. “los padres y las madres, deben estar involucrados en los procesos de formación escolar de sus hijas e hijos. No pueden pensar que los colegios son como bancos, donde vienes, les depositas y luego recoges a los 12 años y con intereses” y 2. “las personas que se forman para ser educadoras de ciudadanas y ciudadanos, deben ser las que mejor formación deben recibir, por que de que su trabajo se haga con calidad y compromiso, dependerá la formación que reciban sus estudiantes, esos y esas que serán las y los ciudadanos del mañana” es más si me apremian, defendíamos que las y los compañeros que estudiaban la carrera de docencia en educación preescolar, debían ser aun mejores, por que de esos primeros años depende una grandísima parte de lo que vendrá más adelante. Pero con tristeza vemos como no hay una verdadera consciencia social frente a esos aspectos, que lleve a valorar la importancia de ello. Tal vez si desde la escuela se hubiese visto así, otro gallo cantaría.
Nunca es tarde para retomar el camino, no hay ninguna sociedad que no cambie con un proceso de formación que tienda a eso, solo hace falta interés y compromiso, un compromiso firmado por toda la sociedad siendo consiente de que “o inviertes en la educación de esa gente menudita – las niñas y los niños- o al final la sociedad lo pagará”.